08 julio, 2012

Sensaciones

Hay días y días en los que te levantas y te das cuenta de que todo esto ya no es lo que era.
Ya no eres una cría de 10 años que se lo pasaba bien jugando con sus muñequitas de plástico perfectas, que tampoco eres inocente, que tienes cientos de cosas por las que lo darías todo por volver a intentarlo y rectificarlo todo. Que ya no te sientes princesa que ya no te pasas miles de horas vestida con tu mejor vestido rosa ensayando un discurso elegante ante el espejo, es más las miles de horas que pasas ante él ahora las pierdes mirándote tus defectos. Que ahora tu castillo rosa donde bailabas sin parar o dónde tomabas el té con  tus peluches ahora es el escondite perfecto para pasar tus malos ratos. Y de repente te das cuenta de que la vida tan rosa que tenías poco a poco se vuelve gris, te arrepientes de desear entonces ser mayor. Y piensas -que tonta, que inocente, si supiera entonces..-


Ahora descubres la malicia que hay en el mundo, que los cuentos de princesas no existen, que no hay perfección, que todo lo que tienes hoy mañana puedes perderlo, que ahora ya no sirve una tonta rabieta para conseguir la barbie que has visto en el escaparate de la tienda de juguetes que te lo tienes que ganar todo tu solita...

Al fin y al cabo todo tiene su parte buena o eso crees, sales de fiesta, bebes, bailas, disfrutas, ríes, saltas, te caes, llegas tarde y PAM castigada.
Ahora estas en la época tonta en la que te enamoras, y te rompen el corazón. En la que lo pasas mal y te das cuenta en que tus amigos no son tan amigos como creías, pero te limitas a disfrutar, a creerte que eres feliz ¿que otra cosa vas a hacer? Limitas a querer olvidarte de tus problemas, te obligas a pasarlo bien, te empeñas en tu felicidad y quien sabe quizás llegues a encontrarla tarde o temprano..

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