16 junio, 2011

Día veintinueve – La persona que te regaló tu recuerdo favorito

Nuestra vida cabe completa en una caja de zapatos. O en una carpeta en el escritorio de nuestro ordenador. La mitad de mi vida puedo resumirla entre las paredes de mi  cuarto y varias cajas y álbumes de fotos aparecidos por arte de magia. La otra mitad es más fácil encontrarla en la carpeta ‘’mis imágenes’’ de Mi PC. También guardo mi vida en canciones. Las listas de reproducción de mi I Pod pueden describir anécdotas, conversaciones, peleas, salidas, etcétera. Un arma de doble filo es esto de escribir. Alguien con buen ojo puede rastrear en cada cuento, en cada poema, en cada texto están pequeños trozos de mi visa que reflejan un sentimiento o quieren expresar lo que siento

No sé escoger un recuerdo favorito. O no me atrevo. He vivido tanto en estos 15 años que me da miedo elegir un momento como el mejor o el más importante.  No lo veo posible. Sé que mi recuerdo más viejo ( o más bonito ) es cuando me iba a pasear con mi abuelo por la calle, me contaba sus historias de joven y me entusiasmaban. Otros recuerdos son los buenos ratos con esas personas que de verdad merecen la pena, todas las sonrisas que se te han escapado después de haber llorado, el suspiro que tienes al reír con tanta fuerza que luego no puedes ni respirar… pero como no, también debemos recordar los malos ratos, que queramos o no son recuerdos, menos bonitos, pero recuerdos, y la mayoría nos han enseñado a ser más fuertes, por lo tanto, son parte de nuestra vida, una vida que colecciona recuerdos y de los cuales faltan más de la mitad.




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